“Dios quiere que el hombre cristiano sea un Pilar de oración Para su esposa y de sus hijos”
“El hombre ha perdido ser padre sacerdote” (JOB 1: 1-5)
La
palabra nos habla de Job; un hombre perfecto, recto y temeroso de Dios.
Y lo que hacía con sus hijos, ofreciendo holocaustos todos los días por
cada uno de ellos, como verdadero ejemplo de ser padre sacerdote de su
hogar.
Antiguamente
el sacerdote era quien presentaba el pueblo ante Dios y pedía por esas
vidas a fin de que les santificara y bendijera.
Hoy
día el hombre ha perdido el ser sacerdote de su familia. Hombre; como
varón de tu casa deberás ser padre sacerdote y delante de Dios presentar
a tu familia para que el Señor los bendiga. Debemos ser fundamento de
nuestros hogares, y todos los días dar gracias y presentar ante Dios y
delante de Dios al cónyuge; así como a cada uno de nuestros hijos e
hijas, pidiéndole que los mantenga unidos, los proteja, les de salud,
sabiduría y bendición. Serás el padre sacerdote de tu casa para Honra y
Gloria de Dios ¡Amén!
Job 1:1 Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.
Job 1:2 Y le nacieron siete hijos y tres hijas.
Job 1:3 Su
hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de
bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más
grande que todos los orientales.
Job 1:4 E
iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y
enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con
ellos.
Job 1:5 Y
acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job
enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía
holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá
habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus
corazones. De esta manera hacía todos los días.
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