“Nunca pierdas la fe… todo comenzará a cambiar en bien”
“La fe me abre el camino” (HEB 11: 1-8)
La
fe les abrió el camino a los hombres de Dios de la antigüedad para que
ellos caminaran. La Biblia menciona algunos de ellos: Abraham, Moisés,
Sara, Jacob, Rahab, David, etc., que fueron llevados y movidos por el
Señor. Así como el padre toma a su hijo que aún no puede caminar y
comienza a llevarlo de sus manos para que dé los primeros pasos, así es
la fe; es ese bastón, ese soporte, esa seguridad donde yo me apoyo en
Dios.
Descansemos
en Dios, en su Palabra, en su promesa, y veremos su Gloria y su Poder.
Porque la fe nos abre el camino y hará que las cosas sean diferentes;
así hoy no veamos a Dios pero si nos mantenemos creyendo, mañana veremos
la Gloria de Dios. Puede que hoy estemos postrados, caídos y la
incertidumbre aseche; pero vistámonos de fe, agarrémonos de Dios,
creamos en sus Palabras y en sus Promesas, porque Él nos levantará y nos
colocará en otro nivel, con más oportunidades.
Tomemos
la fe y levantémonos, miremos a Jesús a través de un culto, de un
programa y no la dejemos caer porque muy pronto veremos la victoria
completa... ¡Para la Honra y la Gloria de Dios! ¡Amén!
Heb 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Heb 11:2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.
Heb 11:3 Por
la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de
Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
Heb 11:4 Por
la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo
cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus
ofrendas; y muerto, aún habla por ella.
Heb 11:5 Por
la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque
lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber
agradado a Dios.
Heb 11:6 Pero
sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se
acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le
buscan.
Heb 11:7 Por
la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se
veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe
condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la
fe.
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