“El perdón nos permite andar por encima de las circunstancias”
“La influencia de un abuelo” (2CRO 28:1-4)
Acaz
padre de Ezequías abuelo de Manasés. Llegó al reino y no hizo lo recto
delante de los ojos de Dios; llenó la ciudad de imágenes fundidas y
dedicadas a los baales, ofreció a sus hijos en sacrificio y los hizo
pasar por fuego, como lo hacían las naciones paganas, adoró a los
astros, a las estrellas... Hay una influencia pecaminosa muy fuerte
sobre su nieto, una influencia triste, porque su nieto Manasés hizo lo
mismo que hizo su abuelo Acaz.
Nuestros
pecados van a afectar a nuestra descendencia hasta la cuarta
generación. Procuremos afectar positivamente a nuestros hijos, a
nuestros nietos, orando por ellos; bendiciéndolos, respetándolos, que
los inspire caminar con Dios. Que ellos también sean de ayuno y oración
como nosotros. Pidámosle a Dios que nos enseñe a sembrar en nuestros
hijos y en nuestros nietos la Palabra, el amor por Dios, el respeto por
Dios, el temor por Dios.
Dejemos
la decepción y el fracaso de lado. Digamos palabras de victoria a
nuestros hijos y a nuestros nietos, y levantemos altar sobre nuestra
descendencia. No nos es dada una familia para postrarla, sino una
descendencia de influencia positiva puesta en las manos de Dios, de
Gloria y de Poder. ¡Para Su Honra y Su Gloria! ¡Amén!
2Cr 28:1 De
veinte años era Acaz cuando comenzó a reinar, y dieciséis años reinó en
Jerusalén; mas no hizo lo recto ante los ojos de Jehová, como David su
padre.
2Cr 28:2 Antes anduvo en los caminos de los reyes de Israel, y además hizo imágenes fundidas a los baales.
2Cr 28:3 Quemó
también incienso en el valle de los hijos de Hinom, e hizo pasar a sus
hijos por fuego, conforme a las abominaciones de las naciones que Jehová
había arrojado de la presencia de los hijos de Israel.
2Cr 28:4 Asimismo sacrificó y quemó incienso en los lugares altos, en los collados, y debajo de todo árbol frondoso.
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