“Hoy es un día especial para enjugar nuestras lágrimas y recordar que
tenemos el privilegio de consolar y recordar a alguien que quizá lo
necesita hoy más que nosotros”
“Desafíos familiares” (112: 1-3)
Bienaventurado,
mil veces feliz el hombre que teme a Dios, el que tiene respeto a Dios;
que no depende de lo que diga la gente, sino de la intimidad de Dios.
El que se deleita leyendo la Palabra de Dios, que viven en su Palabra y
aman a Dios sobre todas las cosas.
Porque
su descendencia será poderosa en la tierra. Es decir, porque dejaremos
herencia de Dios, herencia generacional, herencia moral, espiritual,
ministerial, familiar… Con la satisfacción de ver a nuestros hijos,
hermanos, padres, comprometidos con Dios.
Bienes
y riquezas hay en su casa. Herencia económica, nuestra familia
levantada, próspera. Que hagamos historia en la Iglesia donde nos
congregamos, que nuestra familia haga historia en esa Iglesia, que
nuestros hijos hagan historia en esa Iglesia… ¡Para Honra y Gloria de
Dios! ¡Amén!
Sal 112:1
Aleluya. Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera.
Sal 112:2 Su descendencia será poderosa en la tierra; La generación de los rectos será bendita.
Sal 112:3 Bienes y riquezas hay en su casa, Y su justicia permanece para siempre.
No Olvides Dar Me Gusta
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