“Satanás ha venido para destruirte y matarte; Jesús en cambio, ha venido para darte vida y vida en abundancia”
Jesús lanzó una palabra negativa a la higuera y ésta se secó. Pedro se sorprendió y Jesús le dijo que tuviera fe en Dios. Resaltando la fé, concluye diciendo el Señor que “todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”.
El Señor habla de dos cosas importantes: de la oración y de la fe. No solamente debemos orar sino también debemos creer; porque si con la boca decimos Señor sáname pero con la mente dudamos y no creemos, no veremos el Poder de Dios.
Para ver las maravillas del Señor en nuestras vidas, tienen que estar juntas ambas cosas: cuando oremos debemos creer, todo lo que pidiéremos orando demos creer que lo recibiremos y el Señor no nos dejará avergonzados. Aunque las puertas están cerradas, para el que cree todo le es posible, porque nada es imposible para Dios. Y el justo por su fe vivirá. Oremos y creamos y veremos la victoria. ¡Para la Honra y Gloria de Dios! ¡Amén!
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