“Vence A Tu Gigante”
(1SAM 17: 51 y 52)
Aquí
en el pasaje vemos que no solamente el gigante fue vencido, sino
también el ejército Filisteo. La victoria fue más grande de lo
imaginado. David tenía una vida llena del Espíritu Santo, un lenguaje
que proclamaba con seguridad, y un corazón de adorador. David tocaba el
arpa y le compuso muchos Salmos a Dios: 23, 24, 101, 150, etc. En su
corazón no estaba la amargura, el engaño ni la mentira. Adoró a Dios
cuando tuvo que enfrentarse a sus enemigos en las distintas situaciones
de su vida… Dios era su clamor, por ello Dios le escuchó y lo libró de
los gigantes, y de todas sus angustias.
Si
queremos vencer a nuestros gigantes (envidias, celos, contiendas,
resentimientos, mentiras, etc.) debemos cultivar una vida de alabanza y
de adoración a Dios; así se levanten los gigantes contra nosotros, serán
vencidos por el Poder de Dios, porque la alabanza nos da la bendición…
¿Cuál es tu gigante? El Señor quiere levantarnos, debemos creer que
podemos vencer al gigante que nos agobia… ¡Para la Honra y la Gloria de
Su Santo Nombre! ¡Amén!
1Sa 17:51 Entonces
corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y
sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza.
Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron.
1Sa 17:52 Levantándose
luego los de Israel y los de Judá, gritaron, y siguieron a los
filisteos hasta llegar al valle, y hasta las puertas de Ecrón. Y cayeron
los heridos de los filisteos por el camino de Saaraim hasta Gat y
Ecrón.Adios no olvides dar me gusta!
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