Servir a Dos señores: Dios Y Las Riquezas

 “Detrás del dinero”

 (MAT 6: 22-24)

Caída la tarde Jesús hablaba a la multitud y les decía que la lámpara del cuerpo es el ojo, pero también de que ninguno puede servir (esclavo, sobornado) a dos señores: a Dios y a las riquezas.

Así como detrás de Milcom había un trono satánico que llevaba a sacrificar a los hijos de sus esclavos, y del trono de Moloc los niños eran tirados al fuego; Mamón es el trono satánico que está detrás de las riquezas, de las propiedades, de los bienes materiales habidos por engaños, estafas, atracos, dinero fácil y mal habido.

Dios nos quiere bendecir y prosperar, y quiere que vivamos en abundancia; pero debemos discernir quién está detrás del dinero. Si le damos el primer lugar al dinero, usándolo para derrocharlo en vicios, parrandas, lenocinio, etc., está el principado de las tinieblas reinando allí; pero si ponemos a Dios en primer lugar, el dinero nos alcanzará, porque Dios va a estar allí.

Si amamos Dios, hacemos que el dinero nos sirva a nosotros y no nosotros servirle (esclavo, sobornado) al dinero. Porque el que sea bueno o malo depende del uso que le de la persona. Así como un cuchillo, dependiendo de las manos en que esté, y qué uso le dé quien lo tenga. A través del dinero compramos y ofrendamos, diezmamos, educamos, etc… Que el Señor sea lo principal en nuestras vidas y que el dinero sea secundario; para que detrás del dinero no esté satanás sino que esté Dios.

Pidámosle a Dios que nos enseñe a administrarlo, para que detrás del dinero no esté Mamón. Tengamos a Dios en primer lugar, porque el Señor bendice a quienes le amamos con todo el corazón… ¡Para Honra y Gloria de Suyas! ¡Amén!