- El poder de la obediencia
- Lo que hace la Gloria de Dios
“Las decepciones son inevitables aunque no el desánimo, porque yo decido si lo
recibo o lo rechazo”
“El Poder de la obediencia” (GEN 21:
1-4)
Sara
concibió de 90 años, estéril toda la vida y a la edad que ya no produce su
cuerpo óvulos; sin embargo concibió en el tiempo que Dios le había dicho. Dios
tiene un tiempo y él lo comunica. Y nació aquél niño y su nombre fue ISAAC. También
Dios le había dicho a Abraham que dejara a su tierra y su parentela y Abraham
obedeció y Dios le dio bendición.
Seamos
obedientes a Dios y Él nos bendecirá. Cuando obedecemos a Dios rompemos
maldiciones. Así como cuando va a llover y el cielo se oscurece, Dios anuncia bendiciones.
De parte de Dios viene algo grande para nosotros, pero tenemos que ser obedientes
y someternos a Dios, amando la palabra, viviendo la palabra, cumpliendo la
palabra y llegará la bendición. Sirvámosle a Dios porque en la obediencia hay
poder de victoria. ¡Para la Honra y Gloria Suya! ¡Amén!
Gén
21:1 Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como
había hablado.
Gén 21:2 Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su
vejez, en el tiempo que Dios le había dicho.
Gén 21:3 Y llamó Abraham el nombre de su hijo que le
nació, que le dio a luz Sara, Isaac.
Gén 21:4 Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho
días, como Dios le había mandado.
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